martes, 15 de mayo de 2012

Viaje a las estrellas


Cuando me  dieron la tarea de participar de aquella gira de negocios lo encontré terriblemente aburrido. Madrugar, montarse en un bus con 35 desconocidos, ir hasta Liberia a escuchar hablar del  plasma y el magnetismo, almorzar y regresar el mismo día no me sonaba atractivo. Sin embargo brete es brete así que apechugue. Decidí acompañarme de Bjork y otros buenos artistas durante el camino y disfrutar salirme de la rutina de la oficina.

La entrada “Hacia las Estrellas” apenas se ve. Está en medio de un charral y poco nos prepara para lo que uno está a punto de ver. El olor a zacate seco, el polvo y el calor me hicieron pensar por  un momento que todo era parte de una broma de mal gusto, y que llegaríamos a un rancho donde se nos enseñaría la foto y la maqueta de lo que se quiere construir en algunos lustros.

De repente, se abre la vista y se ve un bonito edificio, nada especial.  A su costado una gran insignia “Ad Astra Rocket Company Costa Rica”, palabras que al menos yo nunca imaginé ver en la misma frase.  Hasta ese instante empecé a creer lo que veía.  Dos señores esperándonos al pie del bus: Franklin y Ronald Chang!!  En ese momento pensé: ya con solo ver a estos maes me hicieron el día. Saludándonos a cada uno y preguntándonos el nombre, como si fuéramos alguna especie de celebridad,  me hicieron sentir bienvenida y que estábamos en confianza.

“Pasen adelante, nuestra casa es su casa” Entramos a la recepción del lugar, y en ese momento, mi idiosincrasia  tercermundista me hizo sentirme como en otro país. Todo inmaculadamente limpio y ordenado, la gente con una sonrisa, en jeans y camiseta, de verdad se siente como un hogar.  Subimos a la sala de sesiones y empezó el show.  Franklin nos contó sobre su trabajo y lo que se está haciendo, sus logros, habló sobre sus planes, necesidades y sobre sus colegas de trabajo. Su charla fue tan sencilla, clara y elocuente que quedé impresionada. Parecía que estaba describiendo su ida a la feria, lo que había comprado y lo que iría a preparar con esos ingredientes. Nos habló de manera aterrizada,  como personas inteligentes que no conocemos del tema, jamás nos subestimó y tampoco utilizó términos elevados de esos que le dejan a uno realmente bateado.

Su pasión, amor por lo que hace, respeto por el trabajo de sus colegas  son cosas envidiables. La humildad  con la que describe sus logros, y su visión para aprovechar el talento tico son de aplaudir.  Con orgullo de padre habla sobre sus pupilos, jóvenes menores de 35 años a quienes él ha tomado bajo sus alas y los está formando para que lleguen tan lejos como él,  al infinito y más allá…

 Franklin es un científico brillante que ha logrado  hacer algo que pocos y es rodearse de gente que haga negocios con él y para él.  Ronald Chang su hermano,  es uno de ellos. Su mano derecha y quien se mantiene en Costa Rica mientras él va y viene a Estados Unidos como parte de sus investigaciones y negocios. Ambos conforman un equipo visionario que no solo se dedica a hacer pruebas con el motor de plasma sino que hacen un gran trabajo en las comunidades rurales de Guanacaste y buscan  “potenciar a jóvenes con iniciativas de alcance mundial que impactarán el futuro de la humanidad” como Frankiln nos lo dijo.

¿Se imaginarían ustedes que alguien  como el Dr. Chang saque tiempo para participar en proyectos de energías limpias en Colegios en Santa Cruz, Hojancha y pueblitos como Cartagena y 27 de abril?

¿Sabían ustedes que el COVAO (Colegio Vocacional de Artes y Oficios ) participó en la fabricación del “envase” en el que se contiene el motor de plasma y se hacen las pruebas en vivo?

¿Creerían si les cuento que se tienen planes para que el INA capacite a costureras ticas para que fabriquen trajes espaciales en nuestro país?

¿Conocen del plan para tener controladores espaciales de satélites basados en Costa Rica, y que se quiere que los satélites tengan matrícula (placa) tica?

¿Qué hará el pistero de una bomba de Liberia cuando termine la pasantía que está haciendo en el laboratorio Ad Astra?

Todo esto y cientos de cosas innovadoras están sucediendo en este momento gracias a una sola persona y su maravillosa visión y ambición. Esa persona es Franklin Chang.

 Mi visita a Ad Astra se dio a inicios de este año, mucho antes de que nuestro Franklin Chang fuera incluido en el salón de la fama de la NASA.   Es hasta hoy que escribo esto gracias a la sugerencia de Diego Delfino quien con su buen ojo clínico para las buenas historias me hizo ver el valor de plasmar y compartir mi experiencia.

Por más que intente, mi habilidad narrativa no será suficiente para describir lo impresionante que fue esta experiencia. Salí de ahí con un nudo en la garganta, con un orgullo y admiración hacia esa gente que me puso la piel de gallina.

No necesitamos que él sea presidente de Costa Rica, ni que sea Ministro de Ciencia y Tecnología, de hecho esas serían de las peores cosas que podrían pasar!

 Necesitamos que todos los ticos queramos ser como él, persigamos nuestros sueños, trabajemos con  pasión, perseverancia y apuntemos  Ad Astra (hacia las estrellas). Ah, y que no prejuzguemos el viaje como algo aburrido...

 
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