viernes, 7 de septiembre de 2007

Día del Niño

Se acerca una vez más el 9 de setiembre! Woo hooooo que chuzo el día del niño. Esta Mula que no hace ni el menor esfuerzo por reprimir a su niña interna disfruta montones de una celebración de este tipo, bueno, en realidad casi cualquier tipo de celebración… Que tuanis cuando uno estaba chamaco en serio. Sin broncas, sin problemas de plata, no te preocupaba el precio de la gasolina, si el gobierno de turno nos esta enverdurando, si mañana vas a tener brete, si tenés panza, la nave, o cosas por el estilo. En esa época los rollos mentales se reducían a decidir si me compraba un boli duro o uno suave, cuántos chicles me alcanzaban con lo que me encontré debajo del sillón, o qué putas le pido al niño esta navidad porque el año pasado fue una mala utilización del deseo porque la bici de la chica fresita se me despichó a los dos meses (verídico…)
Que chiva ser así!! Que la vida uno la tenga resuelta, que las varas se vean sencillas y que al menos durante una buena parte de la vida uno se vea exento de tomar grandes y trascendentales decisiones para tu vida, porque decidir entre ver la abeja maya o heidi, o comerse unas chiki o una rondela no pone en juego tu futuro (que buenas las rondelas!!!). Buena nota que casi cualquier cosa representaba una gran sorpresa y una emoción , que uno era fácilmente tranquilizado o engañado con alguna explicacioncilla como “se fue al cielo”…

Yo digo que la infancia debería ser una etapa que le apareciera a uno más o menos a la mitad de la vida como una especie de vacaciones o descanso de la vida real. Sería muy tuanis tener eso como recurso o método de escape, una vara asi como cuando uno se pensiona pero sin tener que esperarse a estar tan roco, sino que estando joven. Como para agarrar un segundo aire antes de empezar con la segunda etapa de la vida en la que hay que darse durísimo para tener donde caer muerto cuando le toque. Uno debería tener plena conciencia de la condición de niño, para que así sea capaz de disfrutarla más. Si uno en esa etapa pudiera decirse: “mae que tuanis, estoy aquí sentado viendo tele mientras mis tatas bretean todo el día”, “me vale una anona el precio de la gasolina porque de aquí a que tenga licencia y nave todo va a ser diferente, y por ahora me llevan y me traen donde quiera”.
El asunto es que estoy convencida que los que fuimos chamacos hace un buen tiempo la pasábamos mejor que los guilas de ahora. Antes uno podía irse a jugar escondido, andar en cleta por el barrio, o ir a algún potrero sin que eso representara un riesgo tan grande como lo es ahora. Andar en lata o venirse caminando de la escuela era toda una odisea y uno se sentía todo pro! Jugar Atari!!! Yyyy mae que chuzo. Recuerdo que en mi barrio los vecinos eran los únicos que tenían esa vara. Todos los carajillos pasabamos ahí clavados jugando (o viendo jugar), y era una pega porque al hijueputa se le calentaba el adaptador y había que apagarlo porque sino se quemaba , y se interrumpía el juego de frogger, pac man o galaxia cuando estaba uno en lo más y mejor, entonces mientras se enfriaba la carajada salíamos a tocar timbres, o a jugar seguido.
Para uno ir al salón de patines no era una polada, es más NADA LO ERA! Las fiestillas de cumpleaños eran toda porque eran todo incluido: lo llevaban, lo traían, le daban buena jama y bolsita! (no como ahora que uno hasta tiene q llevar lo que se toma y se come). Uno veía el chavo, chiquilladas, plaza sésamo, leía tambor, zurquí, hacía los zumbis, y compraba los albumes con postalitas de cuanta porquería hubiera. Lo tuanis de la tan esperada fiesta de la alegría de la escuela con el típico arroz con pollo y las tarjetillas de “felices vacaciones” que uno repartía. La sensación de tener un diente flojo y la incertidumbre del momento en que se te iba a caer, cuando me empezó a gustar un compañerillo de la escuela, los primeros patines, la primera cleta, cuando me compraron un walkman, y cuando tuve mi primer perro son cosas que recuerdo con mucho cariño.
De verdad que ser niño es una etapa tan tuanis que por eso me encanta seguir experimentando ciertas cosas como si aún lo fuera. Si estuviéramos más en contacto con nuestro chamaco interior, habría menos cabrones en la calle y las varas serían menos complicadas, o tal vez no, pero al menos las disfrutaríamos más!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mae yo pienso igual, la verdad es que cuando uno recuerda esos tiempos se vuelve mejor persona dentro de este caos de hps en que nos hemos convertido una vez que tenemos que empezar a pensar en mongoladas de adulto...
Y si , que buenas las rondelas!!!
Y las pizzerolas!!!!
Yo tambien jugaba atari, escondido a las 10 de la noche en Quepos (ahora lo que puede encontrarse uno es un piedrero escondido), me gustaba patinar en patincitos esos de los viejos...que buena la infancia, al menos la nuestra, porque los chamacos de ahora hasta que dan miedo, todos son unos metidos a grandes!

La Mula dijo...

que nivel las pizzerolas!!! mae si, y los patines como los de antes yo creo q ya ni se consiguen verdad? ahora solo esos todos fru fru en línea y no se q varas. los guilas ahora son una pega y los pobres no tienen tanta libertad como la que tuvimos, diay, playada la verdad.

Mario García dijo...

Linda Mulita!!

Y te olvidaste de cuando llovia y podia uno venirse mojando y zapatear en los pozos mojando a la chiquillada y cuando le ponias un vasito plastico en la llanta de atras de la bici para que sonara como una moto y las sensacionales vacaciones de 3 meses que le daban un sabor unico a la navidad y salias a jugar desde la mañana y hasta la noche, todo lleno de tierra amarilla...
Son un montón de cosas y está bonito el toque de la pensión previa...o pensión "after 1 period" jajaja...Saludos!!!

Adriasix dijo...

Y las hojas de los árboles y de las amapolas, que se utilizaban como billetes, para jugar pulperia y uno pasaba rejuntando cuanta porquería se encontraba para llenar "el establecimiento". Yo creo que los que estamos en la 2da mitad de los 20's apenas tuvimos tiempo para disfrutar la niñez como todo mundo se merece, fuera y no dentro de la choza.

La Mula dijo...

Heroe: que tuanis ese toque de las cletas, uno se sentía q andaba en moto. Aguevado cuando se le caía el vasillo y había que parar a ponerselo de nuevo!
Adrián: así es, nos tocó la cola de lo bueno diría yo, que salvada!

Melcocha dijo...

Yo recuerdo con cariño las mejengas con los carajillos del barrio bajo la lluvia, jugar a los thundercats con mi hermanillo, meterme a los lotes vacíos para ir a tirar con flecha, las jugadotas de bolinchas en la escuela, y como aunque no teníamos un cinco, la infancia siempre fue demasiado buena!
Ojo, pero siempre odiaré la navidad en que a alguien se le ocurrió regalarme un diccionario "pa que aprenda más cosas"
Ah, se me olvidaban, los chicles bazooka, las gayabitas, las coca pitufa, las sorpresitas y los heladinos. Cada vez que me como una chiky me acuerdo de aquellos carajillos de "por arriba..por abajo.."

 
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