Asumo que la mayoría de ustedes,
mis lectores, son alérgicos a cualquier tipo de fiesta, celebración o agasajo
en el cual uno no se siente enteramente a gusto y además deba esperar para
todo. De qué hablo? Específicamente de las fiestas de matrimonio. Ahhh los
bodorrios (inserte exhalación), festines llenos de familiares y “amigos”
entremezclados, distribuidos en mesas de
acuerdo a parámetros que nadie parece entender y de cuyo tedio nada promete
librarnos
.
Cuando uno llega a ciertas
edades, empiezan a casarse los compas y uno es (des) afortunadamente invitado a sus festejos, no me malinterpreten,
amo a mis amigos y me alegro cuando se
casan, sin embargo odio la seguidilla de momentos incómodos que surgen en estas
celebraciones.
Empecemos por la famosa lista de
bodas. Por un lado es una belleza porque no te ponen a pensar qué putas vas a
regalar, ya la mitad del brete está hecho, sin embargo hay que sacar el rato
para ir a buscarla, que la impriman, descifrar qué es cada cosa y luego
ubicarla en el inmenso almacén con descripciones como DAMPER MED AZ#8 (WTF!!),
resulta que eso es una pinche canasta para la ropa mediana de color azul. Eso
no es tan malo como tener la certeza de que los novios saben cuánto te costó el
regalo y que si uno no se apura a comprarlo rápido, en la repela queda solo las
varas más caras….
El tema del vestido, zapatos,
peinado y merula es exclusivo para nosotras las damas, y confieso que me gusta
arreglarme pero no deja de ser un stress buscar un vestido para cada ocasión. El tema es tener al menos 2
(vestidos o amigas de tu talla) ya que como es de esperar las fotos
matrimoniales son de esas que todo el mundo ve y que se enseñan durante siglos
así que uno no quiere verse igual en todas y mucho menos desarreglada.
Llegar a la iglesia y ver de qué
lado se sienta uno, debería haber bancas para el lado del novio, de la novia y
unas marcadas como NS/NR o “cualquiera
de las anteriores”. Viene el primer
momento de espera: la moda de la fucking hora tica hasta en eso prevalece la
invitación dice a una hora y es para que la vara empiece media hora después.
Una vez terminada la ceremonia
hay que dar chance a que salgan los novios, los tatas, los padrinos, el padre,
etc etc. Que se tomen las fotos, y hacer caravana para el chante de la fiesta.
Siempre voy pensando en llegar rápido para con quién me tocó en la mesa porque
de eso depende gran parte del (des) éxito de la noche. Es una sensación
parecida al primer día de clases en el cole cuando uno veía la lista de los
compañeros de clase.
Buscar la mesa, y sentarse a
esperar. He notado que últimamente no ponen ni la foto de algo comestible de
primera entrada, sino que todo lo sirven los meseros así que cuando uno llega
no hay nada para llenarse el buche. Ahora ponen una foto de los novios para que la
gente les escriba cosas y la tengan de recuerdo. Espero no ser la única que
haya pensado en hacerle un mostacho a la novia….
Esperar a que lleguen los
tórtolos, esperar a que se sienten, hagan un brindis en el cual no puede faltar
un familiar que cuenta historias fuera de lugar que nadie quiere escuchar y comúnmente hacen
pasar mal rato a la pareja. El primer baile, la primera foto, y mientras todo esto sucede uno con la panza
vacía y con una copita de vino espumante que se va en dos tragos y no te llega.
Uno toleraría más protocolo con la panza llena y un buen trago en la mano.
Se abre el buffet y aquella fila
no tiene nada que envidiarle a las de un EBAIS. La única diferencia es que la
gente anda mejor vestida, pero igual se están quejando de sus males y quieren
que alguien los atienda. Al menos ya tenemos comida, ya vamos cuesta abajo.
El licor es una bendición y si es
gratis mejor. La gente de repente desarrolla el gusto por el whisky y todo
empieza a fluir. Inicia la música y la tía se lanza a danzar y contonearse, los
carajillos juegan de grandes y hacen de las suyas bailando mientras una robusta
manada de familiares escupe necedades o bien desquita el precio del regalo
prodigando sarcasmos gordos de envidia.
Los novios pasan por las mesas tomándose
fotos y de repente uno se encuentra siendo retratado con un montón de extraños
que lo abrazan y le pelan el diente como si fueran amigos de toda la vida, las
sonrisas se apagan a la misma velocidad del flash y el rush de calidez pasa.
¿Qué sigue? Ingerir alcohol, ir
al baño y repetir la receta toda la noche. Asegúrese de capearse la “conga line”
cuando pasa por las mesas secuestrando adeptos al mejor estilo de una secta, de
lo contrario tendrá un momento incómodo más en su colección.
El dilema de despedirse o irse
despistadamente es todo un dilema, cada quien verá.
Para la gente como Wendy que está
planeando su boda le digo lo siguiente: no se esfuercen tanto! A fin de cuentas
la gente que los quiere va a estar ahí sin importar la marca del whisky que les
den o si les dan chirrite. Mucha gente de desvela y se diluye en una boda, no
precisamente en un matrimonio.
Sé que mi post ha sido irónico y hasta
grosero, y esa ha sido la intención. Pero también quiero decirles que casarse
es tuanis, y me encanta que la gente aún crea en el matrimonio, eso no puede
ser malo! Me alegra que se inspiren para
hacerlo frente a tanta gente y que eso sea motivo de celebración, a fin de cuentas quienes deben pasarla bien
son los tórtolos que se están casando, todos los demás nos podemos ir a la
porra con nuestra irónica manera de ver la vida.
3 comentarios:
Áaaaaaaaacidoso pero sabroso!
Si bien el matrimonio es algo tuanis para los que realmente creen en él, la bendita boda y demás engorrosos trámites le quitan mucho esa ilusión.
En el mundo de lo justo y lo correcto, a los novios la familia y los compas deberían organizarles todo y ellos nada más llegar a disfrutar.
Los novios, única y exclusivamente, ellos son los que deben disfrutar la boda. El resto acompaña y celebra. Pero como a muy pocos se comerían la bronca de organizar una boda por gusto, nadie lo hace.
Buen post Mula!
Muy buen retrato... así son, de verdad, esas varas!
Habrá gente que las disfruta, para mí son un compromiso que hay que aguantar... diay, es que seguro uno es un malamansado...
Con el asunto de la Misa y la Iglesia es un rito monotono, repetitivo, pienso que deberían hacerlo ms alegre y flexible pa q uno no se este durmiendo en la banca arrugando el ajuarsh.
Con el tema de la fiesta pienso que también se ha vuelto muy "combo" la vara. La gente va al hotel y puede decidir entre el paquete A,B y C la diferencia es que en el primero el músico suele emborracharse y el pollo esta frio, el segundo otro carnaval y porción extra de maní y en el tercero el forro de las sillas es naranja fosforecente con café chocolate..
Las bodas deberían ser un asunto mas personal, que refleje la personalidad de la pareja, sencilla pero con mucho detalle y solo con gente q de verdad se quiere.
Abrazos Mula
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