viernes, 10 de agosto de 2012

Puntos de ebullición. Confesiones de wannabe



El agua hierve a 100ºC
 ¿La sangre? Depende de qué tan liviana sea.

La ebullición es aquella temperatura en la cual el líquido de transforma y se vuelve gas. Entonces ¿por qué ante algunas circunstancias de la vida decimos que nos hierve la sangre? Probablemente porque hay ciertas cosas que nos hacen transformar nuestros sentimientos o estado de ánimo y adoptar un nuevo estado de  materia. Hay cosas que te dejan frío, otras que te calientan, cosas que te dejan congelado,  y no dejo de lado algunas que te provocan gases…

Agosto es el mes de la madre. Una hermosa celebración pero a la vez un recordatorio y el tiempo para orquestar  el (aparente obligatorio) juicio (de parte de la sociedad y círculos cercanos) a aquellas de nosotras que a pesar de nuestra edad y estado civil no somos mamás.  Sin duda uno de los puntos de ebullición para toda mujer.

Este post tiene la intención de ser la música de fondo, o tal vez los comerciales buenos que se pasan durante ese juicio. Quiero que sea algo que la gente perciba casi sin quererlo, que no moleste a nadie, que sea algo rápido, para todo público y que tal vez al final de leerlo se sienta identificado con algo de lo que leyó.

Salí del colegio y lo que procedía era ir a la U. Eso fluyó  sin mayor contratiempo. Terminé mi primera carrera en medio de varios convenientes descansos cuatrimestrales para conocer el mundo. Check.

Ejercí mi soltería con dignidad disfrutando cada instante de ella, pero sabiendo que la quería dejar atrás en algún momento. Eso no fue tarea sencilla y aquí viene el primer punto de ebullición. Aquella edad en la que todos los que te rodean consideran que ya estás lista para casarte y no parecen entender por qué uno se resiste.  Tiene carro, buen brete, es profesional, agradable, de buen ver, y hasta cocina rico!! Qué extraña bacteria correrá por la sangre de las mujeres  con ese perfil que las hace no querer casarse??? (todo un tema)

Una vez casada pasa un año y todo bien porque la gente aún dice que uno está disfrutando la luna de miel, que es mejor así. Viene el segundo año y ya se empiezan a escuchar comentarios y preguntas referentes al tema. ¿Y qué?  ¿Nada de chiquitos todavía?  Punto de ebullición detectado.

Estoy segura que la mayoría de gente que pregunta lo hace de manera inocente, sin querer hacer sentir mal a nadie, sin embargo siempre hay algún pariente inquisidor que te hace sentir como si la única función del matrimonio es la reproducción de la especie.

Debo confesar que las primeras veces que escuchaba esa pregunta no me sentía mal al respecto. Probablemente porque no sabía lo que sucedía. Hoy en día el asunto es diferente. Luego de más de tres años y tras enterarme de que mi organismo tiene el hardware pero no todo el software para tener  bebés, me causa cierta tristeza y me da una pizca de enojo. No hacia la gente que pregunta, sino hacia las circunstancias.

Tener fe en que algo suceda y leer “Negativo” en un resultado una y otra vez es duro. Tratar de hacerse el fuerte y no flaquear ante el panorama es difícil. Recibir la noticia de que tu cuñada está embarazada de gemelos!  O  ver a tu vecina de condominio asolear a su bebecito de meses justo en tus narices pega fuerte.

 A ratos me siento como un muñeco de maleficio. Constantemente me punzan con alguna pregunta o comentario, alguna imagen, o la simple noticia de que el porcentaje de embarazos no deseados es tan alto, me hacen pensar en lo irónica que es la vida a veces.  El saber que en mi país no es permitida la fecundación in vitro  es otro golpe duro, ya que para algunas parejas es la única opción para ser padres.

Quisiera ser de esas personas que tienen una  fe reconfortante  ( en Dios, en la baba de caracol o en  lo que sea) que parecen sobrellevar las cosas de manera más calma.

Me siento triste pero esperanzada. Aunque no lo parezca por todo lo que escribí, he llegado a entender que para algunas mujeres pedir un bebé no es como pedir  una pizza. Este ha sido un proceso aleccionador para mí y lo más importante es que estoy haciendo algo.
 Primero y más importante estoy reconociendo mi punto de ebullición y utilizando mi blog como válvula de escape. Con suerte alguien se beneficie de él.

Estoy asumiendo mi condición actual y dejando de inventar excusas para cuando la gente me pregunta. Ahora simplemente ante la pregunta  respondo “no tengo hijos porque mi cuerpo ahorita no puede ” . Estoy segura que lo van a pensar dos veces antes de hacerle la pregunta a alguien más.

He cumplido a cabalidad con todas las recomendaciones médicas para mejorar mi condición. Las dos que más me han costado han sido aumentar de peso y dejar de correr. Quienes me conocen saben que eso es como decirme salte bungee pero sin bungee. Me he hecho muchos exámenes médicos, algunos que duelen otros que lo único que maltratan es el bolsillo.

Delante de mí tengo tal vez la carrera más importante de mi vida. He estado preparándome y sé que vienen etapas duras en las  próximas semanas por todo lo que el tratamiento requiere. Tengo confianza en mí, “siento que estoy aquí” y estoy lista para los golpes.

Echen pa´su saco

¿Quién dijo miedo?

1 comentario:

Terox dijo...

Ay Mula, es rudo, pero no se ahueve. Hay que pulsearla por todo lado, en Pana hacen fecundaciones y de todo. Es un poco cariñoso pero tampoco imposible. Dese un tiempo y si no, entre con los tacos de frente y hágase una "in vitro" allá.

 
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