lunes, 19 de noviembre de 2012

No incluye baterías


 Cuando el reposo absoluto se alarga, la mente tiende a desvariar y a llenarse de pensamientos disparatados, al menos la mía tiene esa costumbre. Se reciben buenas vibras, recetas y consejos de toda índole para poder sobrellevar la situación que me tiene inmóvil, la fe y la oración tienden a estar presentes en la mayoría de las recomendaciones, ya sea como lo principal o como un accesorio al consejo original.

No quisiera ser lapidada ni catalogada como hereje, o correr la suerte de mi estimado Leonardo Garnier luego de su fantasioso relato del padre nuestro, así que de antemano les digo que este post no tiene la intención de ser hereje ni irrespetuoso. Simplemente compartir una observación/analogía que mi inquieta mente hizo.

Los católicos tenemos la costumbre de rezarle a los santos y de tener uno para cada ocasión o necesidad. Todos son diferentes y se caracterizan por su lugar de procedencia, sus poderes y por su look o marca registrada. Esto me hizo pensar en que son una especie de superhéroes para los creyentes, quienes ciegamente confían en ellos y en sus superpoderes. Además de ser superhéroes, comparten la característica de que se pueden conseguir las “action figures” de casi todos ellos. Postales, figuras, calcomanías, camisetas, medallas y todo lo que usted como fiel requiera para afianzar su fe.

Investigando un poco sobre los muñequitos de los santos, me encontré con otra particularidad, y es lo que se llama “atributos”. Estos son los “accesorios” de cada santo. Así como el anillo de Linterna Verde, el martillo de Thor, o el escudo del Capitán América, los santos tienen sus propias herramientas que los acompañan y representan sus poderes. Por ejemplo San Judas tiene una espada, San Martín anda con una escoba y no pueden faltar las llaves de San Pedro. Cada santo viene con sus accesorios  que contrario a los muñecos de acción no se venden por separado.

La iconografía y la historia (de los santos o de los superhéroes) es tan apasionante e interesante tanto para los creyentes como para los fans de las historietas.

¿Será de alguna manera lo que le dio origen e inspira  esas maravillosas historias de seres superiores que están a disposición de quien necesite su ayuda abnegada? Eso no lo sé

En mi caso, pediré a San Ramón (el santo recomendado) con la fe de que todo salga bien. Estoy segura que ni Thor ni Linterna Verde pueden hacer nada por mí.

1 comentario:

Terox dijo...

San Ramón Nonato... a ver si llega el mulito...

 
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